23 nov 2010

Danza en Espacios en DanzaNet

Desde la Danza 
DanzaNet
Noviembre de 2010


Danza en Espacios
Colectivo artístico / Ciclo itinerante


Un proyecto autogestivo impulsado por bailarinas y coreógrafas de diferentes formaciones y experiencias, que nuclea a través de la producción de un ciclo de danza itinerante a diversos artistas independientes de la Ciudad de Buenos Aires y otras zonas del país.
Este ciclo, a la vez que una instancia de presentación de las obras, es parte de un proceso de investigación grupal que cuestiona especialmente el abordaje del espacio escénico.
Elegimos espacios convencionales o no convencionales, dando a la producción escénica un marco y un sentido particular. Las obras que se presentan se entienden como piezas inacabadas, posibles de ser modificadas, atravesadas, transgredidas y adaptadas en cada espacio que habiten.


Para conocer más sobre el proyecto entrá en: danzaenespacios.blogspot.com


Itinerario escénico de Danza en Espacios durante el año 2010:
Espacio Reducido. Experiencias en escena / Centro Cultural Borges. (Mayo, 5 fechas)
Espacio Compartido. El Sábato, espacio cultural. (Junio, 4 fechas)
Espacio Imprevisto. Sala de la Cooperación -Cedida por la Universidad Nacional de Rosario-. Rosario, Santa Fe (Julio, 4 fechas)
Espacio Sucesivo. Centro Cultural Recoleta / VI Festival Buenos Aires Danza Contemporánea (Octubre, 1 fecha)
Espacio Intervenido. La Ratonera - Espacio Cultural / Intima Danza (Octubre y Noviembre, 6 fechas)
Espacio Expansivo. Garrik Arte Cultura. (Noviembre, 3 fechas)


DANZA EN ESPACIOS fue declarado de Interés Cultural por Extensión de Cultura de la Universidad Nacional de Rosario, cuenta con el apoyo de El Sábato, espacio cultural y recibió un subsidio 2010 de Prodanza.


Danza en Espacios, una idea que surge a principios de 2010. 
La mirada reflexiva de algunas de sus integrantes tras la experiencia del trabajo de producción en colectivo.


Según Valeria Martínez
Danza en Espacios surge desde el deseo de hacer danza, producir los propios espacios de trabajo y de encuentro con el público.
Considero que es una estrategia de acción artística que va más allá de la concreción de una obra o una pieza de danza, pues se origina como una sociedad que pretende abrir líneas de comunicación entre los artistas que la integran y llegar de esa manera al espectador, para así cuestionar la práctica, para agilizarla sobre todo, para poder probar, poniendo en riesgo al creador independiente, y en cruce -hasta en contraste o en contradicción- con otros artistas que se presentan a su vez en el mismo espacio.
Las distintas creaciones que surgieron a lo largo del año, y que integraron los distintos programas, son piezas más bien breves, concentradas, pero no por eso de menor valor -según mi parecer- comparándolas por ejemplo con otros formatos legitimados para cualquier obra de danza, como el de los 40 o 45 minutos ideales de duración.
Las piezas de estos programas compartidos (principalmente solos auto-dirigidos) se presentan como una unidad inestable y mutante, afectada en cada puesta en juego por el contexto en el cual se presenta.
En este formato se evidencian algunas cuestiones como: las mínimas elecciones tiñen con intensidad, entregando la pieza al espectador, desde la primera mirada, con singular consistencia; el “personaje” -me permito llamarlo así en tanto creación de una forma de ser en escena- (casi siempre un único personaje y auto creado) es prácticamente la obra en sí, aunque vulnerado/a cada vez por el contexto real, que se asume materialmente como universo de la obra.
Esto es lo que propuso a grandes rasgos Danza en Espacios durante los meses pasados y pienso que podría funcionar claramente; ejemplo de un fenómeno que se hace cada vez más evidente en los modos de producción actuales; prácticamente ya no se produce más en grandes y estables grupos de trabajo, encabezados por un coreógrafo, y cada vez se hace más evidente la necesidad de tener herramientas para la gestión tanto como para la creación. Creo que este modelo de red horizontal que se refleja en Danza en Espacios, es un buen punto para detenerse a reflexionar sobre las idas y vueltas entre las posibilidades reales de producción locales, las emergencias de estos distintos formatos y las implicancias que tienen estas iniciativas (prácticamente como acciones de supervivencia artística) sobre las formas estéticas nacientes.
Claramente, los alcances del colectivo han sido bastante más amplios de lo que cada una de nosotras (las que lo integramos) individualmente hubiese podido lograr en estos pocos meses. En este sentido, hay que tener en cuenta distintos aspectos como: las exigencias de producción en relación a la brevedad de las piezas, el programa compartido como forma de convocar a una mayor cantidad de espectadores -puesto que cada artista que integra la programación puede traer a un público diferente-, la división de tareas y de gastos, los aportes personales al grupo en tanto recursos de producción: contactos de prensa, vínculos con distintos espacios artísticos y personas, así como con diversos colaboradores de otras áreas artísticas y técnicos de sala.
Podría concluir diciendo que, como cualquier estrategia, ésta tiene sus ventajas y sus desventajas, evidentemente, pero por lo pronto es una forma de hacer posibles las cosas, facilitando la tarea artística en tanto producción, para así liberar la práctica hacia una merecida fluidez que permita un crecimiento en el plano individual y colectivo, así como una comunicación de las ideas artísticas a un público mas amplio.
Sin embargo, vale la pena estar atentos a los devenires, como para no perder en el camino esa mirada crítica necesaria para construir más y mejor, hacia adelante.


Según Alina Folini
De algún modo, entiendo que el ciclo Danza en Espacios surge por azar y por insistencia. Dos variables que parecen no ser compatibles, sin embargo, han dado una curiosa suma abierta que resultó más potente que ligar sus partes.
Tal vez por compartir necesidades sin saberlo a priori, encuentro a encuentro hemos aprendido a funcionar, no siempre con éxito, pero sí con mucha entrega y confianza. Intuitivamente hemos ido accionando y sospecho que esa es la gran potencia del ciclo. Algo así como una práctica permanente que se vuelca en cada una de las propuestas.
Cada uno de los que componemos este espacio circulamos con libertad en sus bordes, nutriéndolo aun desde la diferencia. Aunque cada integrante viene de formaciones y experiencias artísticas diversas, lejos de naufragar en este eclecticismo, delicadamente se ha ido tramando un tejido que se mantiene en el tiempo, con mucho respeto, escucha y tolerancia por el otro.
Al parecer, el camino que tenemos por seguir como equipo de trabajo no está marcado y se mantiene sumamente impredecible. Algo que lo vuelve vivo y permite que mute de la mano de sus integrantes. Esta naturaleza, lo hace particular y le imprime un carácter por demás rico e interesante.
Considero que el ciclo tiene cierta autonomía propia: aunque se define por quienes lo integran, al mismo tiempo los trasciende, enmarcándolos en algo mayor que cada sí mismo, posibilitando el acontecimiento del encuentro.


Según Nuria Schneller
Querría decir, echando una miranda sobre el camino recorrido, que valoro profundamente esta enorme libertad que hemos podido experimentar cada una en su propias creaciones, puesto que la sociedad estuvo desde el comienzo apoyada en el respeto al trabajo de cada artista. Quienes integramos el colectivo, tenemos formaciones y experiencias muy diferentes; sin embargo, compartimos una búsqueda común con respecto al lenguaje de la danza, en el sentido que intentamos abrirlo o desviarlo hacia patrones más personales, despojándolo de otros que aunque estén legitimados, no nos representan.
Particularmente, entiendo que de esto se trata: de hacer una danza que se pregunta por su belleza.


Según Nidia Martínez Barbieri
De mi experiencia como integrante de Danza en Espacios, valoro sobre todo el hecho de estar asociados en un colectivo que ha encendido un motor y que no para de traccionar hacia adelante.
Como desafío creativo, así como se expresa en nuestra gráfica, en esa flor multicolor, nos entusiasma construir un paisaje común en el que se distingan las diferencias y las singularidades de sus partes.
Los programas del ciclo expresan esto mismo, cada fecha es única pues se construye según sus artistas y en relación a un espacio particular, quedando en evidencia la existencia de una diversidad de lenguajes, búsquedas estéticas y lógicas de creación. Considero que esto es lo más valioso del proyecto, ya que es un formato que enriquece la experiencia artística del espectador.
Con respecto a los logros alcanzados, estamos todas muy satisfechas, ya que durante este año hemos participado en distintas instancias gracias a la unión de fuerzas de producción; desarrollamos cuatro ciclos en forma totalmente independiente, uno de ellos en Rosario, Santa Fe, participamos también en el ciclo Intima Danza y en el VI Festival Bs As Danza Contemporánea, y además obtuvimos un subsidio de Prodanza.
De manera que durante este primer año del proyecto pudimos comprobar que compartiendo tareas, discutiendo ideas y aunando fuerzas, se agiliza enormemente la gestión de nuevos espacios de trabajo, en donde concretamente se pueden desplegar los propios intereses artísticos, entrando en diálogo con los otros; los colegas y el público.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)

Anónimo dijo...

Interesante articulo, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)